En el tranquilo pueblo de Mérida, donde las calles empedradas y las fachadas color pastel parecían sacadas de un cuento, nació una pequeña empresa con un gran sueño: Fragola. Fundada por Johanna, y Fernando como su fiel acompañanete son una pareja apasionada por la repostería, Fragola tenía un solo propósito: crear los mejores postres de fresa y chocolate que alguien pudiera probar.
Desde el inicio, Fragola se distinguió por su compromiso con la calidad. Johanna experta en pastelería, pasaba horas perfeccionando recetas, mientras Fernando recorría los Super mercados locales en busca de las mejores fresas orgánicas y el chocolate más puro. Sus primeras creaciones fueron vendidas en un modesto carrito de madera en la plaza del pueblo, donde los aromas dulces atraían a los transeúntes como un imán.
Los postres de Fragola pronto se volvieron famosos. La tarta de fresa con ganache de chocolate se convirtió en la favorita de los enamorados, mientras que los brownies de doble chocolate con fresas caramelizadas eran la delicia de los niños. No pasó mucho tiempo antes de que abrieran su primera tienda, un acogedor local con mesas de madera y luces cálidas, donde los clientes podían disfrutar de sus creaciones con una taza de chocolate caliente. Sin embargo, el camino no fue siempre dulce. Con la creciente popularidad de Fragola, llegaron también desafíos. Empresas más grandes intentaron imitar sus recetas y algunos proveedores aumentaron los precios de los ingredientes. johanna y Fernando, en lugar de rendirse, innovaron: lanzaron postres sin azúcar añadida, crearon una línea de bombones de fresa rellenos de ganache y comenzaron a ofrecer clases de repostería para compartir su amor por el arte dulce.
Con el tiempo, Fragola se convirtió en un símbolo de San Delizia. Era más que una tienda de postres; era un lugar de encuentro, de celebración y de recuerdos dulces. La empresa creció, pero nunca perdió su esencia: cada bocado debía contar una historia de amor por la fresa, el chocolate y la pasión por la repostería.
Hoy, Fragola sigue endulzando la vida de sus clientes, demostrando que los sueños más dulces pueden hacerse realidad con esfuerzo, creatividad y mucho, mucho chocolate.